Es sorprendente cómo evoluciona nuestra forma de hacer las cosas cuando nos atrevemos a cuestionar lo que hacemos hasta cierto punto de forma automática; un flujo de trabajo se convierte en un proceso almacenado en nuestra memoria Procedural, la misma que almacena nuestra habilidad para conducir un vehículo, o realizar nuestro trabajo manual.
Cuando la carga de trabajo aumenta y nuestro flujo de trabajo parece no estar preparado para atender esa carga es cuando nos detenemos un momento y cuestionamos el proceso, tratando de hacerlo más eficiente, es en ese momento que descubrimos algunos vicios o errores que cometíamos por la fuerza de la costumbre; este es el caso, mi flujo de trabajo no había sido cuestionado desde hace mucho tiempo, pero recientemente el aumento en la carga de trabajo me obligo a revisar lo que estaba haciendo.
Hoy compartiré con ustedes mi nuevo flujo de trabajo…